lunes, 30 de mayo de 2016

Actividad final. Reflexión sobre lo transitado...
El tránsito por este eje me permitió pensar en cómo los aportes de otros campos, como la tecnología, como la comunicación; intervienen (a veces desde fuera de la escuela, otras veces generadas desde la escuela) en las narrativas pedagógico – didácticas.
Pensé específicamente en dos aspectos, como son la presencialidad y el diálogo asincrónico. La virtualidad permite pensar en procesos de enseñanza – aprendizaje que no requieren la presencia física simultánea. Y esto es para las escuelas una condición sin la cual no pueden “pensar-se”. La presencialidad es condición: se la evalúa, es condición para que el alumno obtenga la condición de “regular”, los docentes lo plantean como problema “no puedo enseñar porque no vienen”.
El tránsito por los textos propuestos abona la idea de pensar en otros modos de plantear el proceso de enseñanza – aprendizaje, donde la presencialidad no sea la condición estructurante del proceso. Nos invita a re – pensar en la presencialidad en cuanto característica intrínseca al acto educativo. Esto no implica dejar de pensar en el “encuentro” como forma de favorecer los intercambios en la construcción del conocimiento, pero sí poder vislumbrar otros modos de intercambios, sostenidos en otros andamiajes.

En sintonía, rescato la idea del diálogo asincrónico. En el dispositivo escolar “tradicional” se piensa en el diálogo sincrónico y los entornos virtuales proponen el diálogo asincrónico. Esto habilita  otros tipos de intercambios, donde no media la inmediatez… sino que se habilita un tiempo entre cada intervención del diálogo.

Se han presentado a lo largo del módulo visiones y construcciones teóricas que me han hecho reflexionar sobre el volver a pensar en las categorías tradicionalmente establecidas en el dispositivo escolar, haciendo que puedan construirse otras formas de aprender y conocer.

En lo personal, me ha presentado dificultad es poder acceder a los recursos propuestos, a los programas sugeridos para realizar determinadas actividades. Entiendo que no es un programa de formación en el uso de herramientas pero quizás se podrían incorporar algunos tutoriales para aquellos que, como en mi caso, desconocemos el uso de estas herramientas.



viernes, 6 de mayo de 2016

Artículo - Eje 1


En los textos presentados en el Ciclo de Formación se presenta a la cultura como signada por un conjunto de herramientas con las que el hombre socializa. Uno de los mayores desarrollos del Siglo XX ha sido el de la Internet. Desarrollo que ha trascendido su misión original de ser un vehículo de información para pasar a ser una red que conecta personas, hechos trascendiendo las barreras geográficas o temporales.
A partir del desarrollo de internet se  modifica nuestro entorno, nuestros vínculos y nuestra forma de acceder al conocimiento… y aquí quienes nos dedicamos a la educación no podemos dejar de preguntarnos acerca de si la pedagogía se ha replanteado los términos en los cuales se da este proceso de enseñanza – aprendizaje en términos de “antes de Google” o “después de Google”.
Google, en cuanto ejemplo paradigmático, ofrece a cualquier usuario infinidad de referencias ante una sola palabra… nos sumerge con un simple “click” en una infinidad de referencias, definiciones, desarrollos, tratados que requieren por parte de quien se enfrenta  a semejante torrente de información de otros tipos de habilidades, conocimientos, de otros modos de procesamiento la información respecto a una búsqueda “tradicional” en textos escritos.
Y aquí es donde se propone preguntarle a la pedagogía qué cuestionamientos se hace respecto a la internet ya hoy como parte constitutiva de la socialización de las nuevas generaciones. Donde convive el discurso del profesor con los múltiples artículos que ofrece la red; donde un terremoto puede ser seguido en tiempo real a kilómetros de distancia; donde se puede entablar una comunicación con alguien que se encuentra en otro continente…
Internet es hoy uno de los rasgos tecnológicos que marca nuestra cultura, que nos constituye en tanto interviene en nuestra socialización y que en tanto sesga los modos de circulación de la información, influye en los modos de producción de saber. La Pedagogía no puede dejar de lado este sesgo. No puede dejar de preguntarse acerca de los modos en que circula la información, que ya no es por “lugares” físicos determinados sino por la “nube”. Y por otra parte, cabe preguntarse si la pedagogía se pregunta si las herramientas que se ofrecen son las que estos nuevos modos de circulación y de producción de saber requieren.


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